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Cada vez más empresas rumanas se plantean trasladar su residencia fiscal a países como Bulgaria o Chipre, pero persisten los riesgos fiscales.
Călin Nicolescu

Economía
Foto https://www.facebook.com/adrian.negrescu/photos?locale=ro_RO
Los recientes cambios fiscales están llevando a las empresas rumanas a plantearse trasladar su residencia fiscal a países con regímenes más favorables, como Bulgaria o Chipre. El analista económico Adrian Negrescu advierte de que, aunque estas opciones puedan parecer atractivas, los impuestos no son necesariamente más bajos y el Estado rumano seguirá gravando las actividades realizadas en su territorio. El Sr. Negrescu aconseja a los empresarios que realicen estudios de impacto antes de dar el paso y sugiere trabajar con las autoridades para mejorar el entorno empresarial.